Pájaros del monte, cantasteis y volasteis y ahora buscais el abrigo del nido. Animalitos de las sierras, nada sabeis del dolor inmenso de los hombres y procurais el sustento para vuestros hijitos y para vosotros mismos. Esiritus invisibles que recorreis las zonas y tratais de advertir al hombre de los peligros materiales o espirituales de la vida, angeles del bien, por favor, haced que el amor de Dios nos cubra a todos, y poned en nuestros corazones una gota del Amor Divino, que eleva, cura y acompaña.
Que cada uno de nosotros estemos siempre dispuestos al Bien y que el amor nos haga un ser de luz a todos, como decía Omar Cerasuolo: Dios te haga un santo mijito, y te guarde en la palma de sus manos. Amén.